miércoles, 24 de marzo de 2010

La leyenda del Santo Bebedor

Se despertó muy temprano. Caroline todavía estaba durmiendo. Por la ventana abierta se oían los trinos de un pájaro solitario. Andreas permaneció un rato en la cama con los ojos abiertos, pero no más de unos pocos minutos. Aprovechó esos breves instantes para reflexionar. Tenía la impresión de que hacía mucho tiempo que no le habían acontecido tantas cosas extrañas como en aquella única semana. De pronto volvió la cara y contempló a Caroline a su diestra. Lo que no había visto la víspera, lo comprobó entonces: había envejecido; pálida, hinchada, y respirando con dificultad, estaba durmiendo el sueño de las mujeres que envejecen. Entonces se percató del paso del tiempo, que hasta aquel momento no había percibido, y se dio cuenta de la transformación que había ejercido también en él. [...]

Joseph Roth (1894-1939)
"La leyenda del Santo Bebedor". Anagrama, 1989

2 comentarios:

  1. Y al percatarse de que el tiempo había transcurrido para ambos ¿qué ocurrió? eh?

    ResponderEliminar
  2. Se sumió en una profunda depresión jejeje. Es broma, el que quiera saber más que se lea el libro!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar