sábado, 26 de febrero de 2011

Encuentro con Mariano Gambín


Ayer, por fin, tuvimos la oportunidad de conocer a Mariano Gambín autor de Ira Dei, una novela de misterio y aventuras. Grata sorpresa el conocerle y charlar con él de su libro, el primero de una trilogía cuyo segundo volumen no tardará mucho en ver la luz. Una hora y media de charla, preguntas de los asistentes, opiniones y mucha risa. Mariano nos encandiló con su humildad y cercanía. Le deseamos mucha suerte y que las musas le sigan inspirando.

En la fotografía, el autor y los que nos quedamos hasta el final.

jueves, 24 de febrero de 2011

IRA DEI


Estimados compañeros y seguidores de Café con Duende, mañana viernes a las 6h. tendremos con nosotros a Mariano Gambín en la Biblioteca. Vendrá acompañado de Galán, Marta, Luis Ariosto, el palista de El Sauzal, el hermano del alcalde, la periodista, los policías de la Calle El Agua... y, por supuesto, de La Laguna... Una buena ocasión para exponer opiniones, desvelar intríngulis y preguntarle todo aquello que nos plazca.
Les esperamos a todos.

martes, 22 de febrero de 2011

FINAL


Yo fui el bravo piloto de mi bajel de ensueño;
argonauta ilusorio de un país presentido,
de alguna isla dorada de quimera o de sueño
oculta entre las sombras de lo desconocido.

Acaso un cargamento magnífico encerraba
en su cala mi barco, ni pregunté siquiera;
absorta mi pupila las tinieblas sondaba
y hasta hube de olvidarme de clavar la bandera...

Y llegó el viento Norte, desapacible y rudo;
el vigoroso esfuerzo de mi brazo desnudo
logró tener un punto la fuerza del turbión;
para lograr el triunfo luché desesperado,
y cuando ya mi brazo desfallecía, cansado,
una mano, en la noche, me arrebató el timón...

De Tomás Morales. Las Rosas de Hércules, libro I.

lunes, 21 de febrero de 2011

Poemas del mar, I



Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro Atlántico,

con sus faroles rojos en la noche calina,

y el disco de la luna bajo el azul romántico

rielando en la movible serenidad marina...

Silencio de los muelles en la paz bochornosa,

lento compás de remos en el confín perdido,

y el leve chapoteo del agua verdinosa

lamiendo los sillares del malecón dormido...

Fingen, en la penumbra, fosfóricos trenzados

las mortecinas luces de los barcos anclados,

brillando entre las ondas muertas de la bahía…

Y de pronto, rasgando la calma, sosegado,

un cantar marinero, monótono y cansado,

vierte en la noche el dejo de su melancolía...

Tomás Morales

Las Rosas de Hércules, L. I (1922)

viernes, 18 de febrero de 2011

Espejos


Hace tiempo que no sé quién es la persona que habita al otro lado del espejo, me resulta una persona absolutamente desconocida, alguien a quien quizá vi por la calle o con quien crucé un par de frases no se sabe en qué lugar, puede que me suene de algo, pero desde luego he olvidado su nombre, si es que lo supe alguna vez, he olvidado de qué la conozco, dónde y cuándo la vi, qué hablé con ella, esa persona no significa nada para mi.
Eso me llena de perplejidad, porque estoy aquí, a este lado del espejo, y se supone que la persona del otro lado es simétrica, soy yo vista en sentido contrario, yo mirando hacia el norte y no hacia el sur, hacia el este y no hacia el oeste, o quizá al revés. ¿He cambiado tanto?

De Compañeras de viaje. Soledad Puértolas
Anagrama, 2010

lunes, 7 de febrero de 2011

CIENCIA FICCIÓN Y ADOLESCENCIA


Si he de ser sincera, la ciencia ficción me gustó mucho durante mi adolescencia. Hacía bastantes años que no leía nada que tuviera que ver con este tema. No obstante, aquí les dejo un poquito del inicio de un libro que no me ha desagradado, sino todo lo contrario.
Norte
El viajero ya había estado antes en aquel lugar. O en uno tan parecido que habría resultado imposible separar un recuerdo de otro y decidir cuál era real y cuál no.
Avanzó por la calle con un andar rápido y enérgico, una actitud que contrastaba con su cabeza agachada y oculta por una capucha gris. Sus atuendos no llamaban la atención en aquel entorno, lleno de los más variopintos ejemplares humanos y alienígenas, pero se obligó a andar más despacio, con menos resolución, porque en aquel feudo de fracasados y soñadores sin esperanza era delito saber con tanta claridad adónde se dirigía cada uno, y qué pensaba hacer una vez que llegara.

De Crónicas del Multiverso
Autor: Víctor Conde
Premio Minotauro 2010