Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Alzáronse en el cielo
los nombres confundidos.
Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Nuestros cuerpos quedaron
frente a frente, vacíos.
Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
En nuestros dos cuerpos,
¡qué inolvidable abismo!
(De Cuerpo perseguido)
Emilio Prados (1899-1962)
355. MADRE DE LOS RÍOS
Hace 8 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario