martes, 2 de noviembre de 2010

Encarnación

Y el verbo se hizo carne y habitó en un pueblito intrascendente. Cuentan que, debido a los sucesos que tuvieron lugar después de semejante Encarnación, nadie quiso recordar jamás el nombre del pueblo, pero no pudieron evitar que se quedara flotando en el ambiente el mote del verbo hecho carne: ¡Marcelina Camacha! para toda la eternidad.

3 comentarios:

  1. ¿Tiene algo que ver con La herencia de Eszter? Porque he buscado alguna similitud y no la encuentro. Lo de la Encarnación podría referirse a Lajos, pero no sé a qué viene.Si es que se trata del libro...

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  2. Me da que lo escribió ese "duende" que anda por este blog. Pero no lo pillo.
    ¿Tiene que ver con Marcelino Camacho?

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  3. Eso sería muy fácil. ¿Se han leído el libro con entrega, placer etc., etc.? Ay, ay, ay... ¿Quién vive la vida a través de quién?

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