
lunes, 10 de enero de 2011
Ira DeI
martes, 14 de diciembre de 2010
Ajuste de cuentas
jueves, 9 de diciembre de 2010
Mario Vargas Llosa
vargas_llosa-lecture_sp (2).pdf |
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Mario Vargas Llosa
La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura [...]
No era fácil escribir historias. Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían. ¿Cómo reanimarlos? Por fortuna, allí estaban los maestros para aprender de ellos y seguir su ejemplo. Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia. Faulkner, que es la forma -la escritura y la estructura- lo que engrandece o empobrece los temas. Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann, que el número y la ambición son tan importantes en una novela como la destreza estilística y la estrategia narrativa. Sartre, que las palabras son actos y que una novela, una obra de teatro, un ensayo, comprometidos con la actualidad y las mejores opciones, pueden cambiar el curso de la historia. Camus y Orwell, que una literatura desprovista de moral es inhumana y Malraux que el heroísmo y la épica cabían en la actualidad tanto como en el tiempo de los argonautas, la Odisea y la Ilíada. [...]
El País. com
jueves, 25 de noviembre de 2010
La lectura: un ejercicio para el ánimo
lunes, 15 de noviembre de 2010
Iugam y las casas abandonadas
Se divisaba a lo lejos, entre tanta vegetación. Debió ser muy hermosa. Había armonía en sus dimensiones y buen gusto en lo que se podía adivinar que fueron sus colores, las maderas de sus ventanas, su ubicación tan certera con vistas a ese mar escondido que descansa en la pequeña playa imposible, que sólo se ve cuando llegas allí.
Y esos senderos atrapados hoy por las plantas rebeldes e independientes, que puedo imaginar llenos de luz y colores de niños saltando y alborotando risueños.
¿Qué sensaciones se vivieron dentro de esos muros? ¿Qué placeres se sintieron? ¿Hubo amor, ternura, sueños? ¿Cuánto dolor, soledad, muerte?
Lecturas al atardecer, a la luz de los quinqués, sábanas limpias planchadas con olor a lavanda y el calor de otro cuerpo deseoso del tuyo: noches-refugio que compensan y justifican todo.
Casa, casas, casas con olores, con sonidos, con calor, con vida.
Ahora a merced del viento, convertida en paisaje, abandonada. ¿Seguirá en los recuerdos de alguna persona? Tal vez alguien a miles de kilómetros cuente a su nieto con añoranza: yo vivía en una casa cerca del mar …