martes, 5 de julio de 2011

RINCÓN DE LECTURA

Era una tarde calurosa y en consonancia con ella el compartimento del tren resultaba sofocante, además faltaba casi una hora para la siguiente parada [...] Tanto la tía como los pequeños tenían una forma de hablar limitada y persistente que recordaba las atenciones de una mosca que no cede al desaliento. La mayoría de las observaciones de la tía empezaban con "No" y casi todas las observaciones de los niños empezaban con "¿Por qué?. El hombre no decía nada en voz alta.
(SAKI. "El contador de cuentos")

1 comentario:

  1. ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué? jajaja, me recuerda la infancia..., el No de los adultos y el por qué de los niños.

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