viernes, 11 de junio de 2010

Todos somos culpables

Había una vez un cuentista que decidió ir a cobrar sus cuentos después de largos meses de espera. Desgranó todo su talento y más, aquella noche famosa en la que se juntaron muchos de su mismo oficio. Noche blanca y fría, pues corría el mes de Noviembre y los administradores de la ciudad decidieron animar las calles y el comercio con variados espectáculos, resultando todo un éxito ya que la gente acudió en masa e inundó la ciudad . Por supuesto que la prensa se hizo eco y contó lo sucedido: ¡un éxito sin precedentes! Todos quedaron contentos, los administradores, los comerciantes y la gente que disfrutó de los diferentes espectáculos.

Fueron pasando los días y el cuentista se frotaba las manos mientras pensaba, este mes cobraré y podré hacer frente a la Seguridad Social con más tranquilidad porque también podré pagar el alquiler del piso sin problemas. ¡Ay!, mis pensamientos parecen el cuento de la lechera, se decía para sí mismo. Y un buen día decidió acudir a la administración a reclamar en persona que le abonaran la deuda. Pero señor... ¿Es es usted consciente de los problemas que nos acucian?, tiene que tener paciencia, al fin y al cabo todos somos culpables de la situación por la que está atravesando el país, le recriminó el funcionario que le atendió. El cuentista abandonó el lugar y en su cabeza daban vueltas algunas preguntas sin respuesta: ¿Seré culpable de haberme afiliado a la Seguridad Social y no trabajar en negro?, ¿Seré culpable de que me descuenten el 15% en cada factura?, ¿Seré culpable de ganar lo justo para ir tirando?, ¿Seré culpable de no ser médico, catedrático, controlador aéreo, banquero, accionista de una petrolera? ¿Seré culpable?

N.R

7 comentarios:

  1. Algo culpable creo que sí somos todos, señor cuentista.

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  2. ¿Hombre señor cuentista como va usted a ser culpable de no se médico o controlador o,o....de elegir una profesión nadie es culpable. !Que la profesión esté bien o mal pagada eso ya es harina de otro costal! no se vaya usted por las ramas y no hagamos demagogia de algo tan serio y que merece una reflexión mucho más profunda. Este cuento no lo vende usted tan fácil.

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  3. pobre señor cuentista... quizás no se haya explicado tan bien como él quería...

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  4. No se preocupe señor cuentista que eso nos pasa a todos con demasiada frecuencia, pero nada que otro relato no lo subsane. Anímese y deje que vuelva a expresarse el cuentista.
    Seguro que esta vez consigue que lo entendamos.
    Saludos cordiales de otra cuentista.

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  5. Reflexión profunda? Pues ahí va una:

    Sí. Todos somos culpables de aceptar un sistema injusto, que permite que unos pocos vivan bien a cambio de la miseria de otros muchos. Globalizamos las pérdidas, particularizamos las ganancias.
    Todos somos culpables porque, aún sabiéndolo, no exigimos el control democrático (mínimamente democrático) de los órganos económicos y del sistema financiero internacional.
    Somos culpables de indolencia y desinterés por quienes son, serán "efectos colaterales" de los necesarios ajustes del sistema.
    De acuerdo. Repartamos las culpas, pero a cada cual la suya, porque tampoco en essto somos todos iguales.

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  7. Yo me quiero dirigir al anónimo y decirle que es muy fácil desde el anonimato decir que todos tenemos algo de culpa. De eso nada, -ah! y sin la rima- que esto no es una gracia sino una perfecta reclamación a su comentario; porque si yo no voto a determinado político yo no soy culpable de su gestión, por llamarlo de alguna manera: gestor, administrador, gerente, delegado o concejal, o lo que sea; político al fin y al cabo.

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