Alguien esperaba que con la llegada de la primavera se cumpliesen todos sus deseos, como ocurría en algunos cuentos con final feliz.
-Esperaba volver a sentir lo mismo que cuando tenía veinte años y se enamoró locamente.
-Esperaba encontrar algo que le revolviera las entrañas de inquietud y el corazón de esperanza.
-Esperaba sentir las mismas ganas de siempre de luchar por lo que consideraba justo.
-Esperaba tener la seguridad de ser una persona que, ante las adversidad , no dejara de ser ella misma, porque sabía que solamente ante la adversidad , ante la espada y la pared, es cuando las personas se conocen a sí mismas y pueden aflorar los monstruos escondidos en las profundidades.
Y la primavera llegó con un poco de lluvia y un poco de sol, con el perfume de las primeras flores,
con los jóvenes radiantes de hormonas inquietas, con el olor a mar y los paseos por la orilla, con los esfuerzos de muchos para terminar el curso y poder empezar algo nuevo, con pieles preparándose para broncearse, para gustar y gustarse, con el nacimiento de Carlitos, con la existencia de Cotufa, un precioso gato, con, con, con.
Alguien seguía esperando.
cotufa debe estar disfrutando del sopor tras la comida y carlitos correteando por el jardín....
ResponderEliminar¡Qué pena! Seguir esperando, ni de coña. A beberse la primavera!
ResponderEliminarIba a preguntar quién es Carlitos pero Mónica ya lo dijo. Muy bonito, "Café Con Duende"
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