No puede negarse que la vida resultaba enigmática. Y qué refinados éramos y qué heridos nos sentíamos, como si entre dos guerras lleváramos en el equipaje un especie de pena portátil metida en una bolsa; una pena hecha de poemas, música, libros de historia de la época y de "la crisis" y artículos de prensa; una pena personal destilada con los vestigios de dos mil años de recuerdos de cultura cristiana, que sólo era nuestra, de los iniciados en made in Europe.
Con este fragmento de La gaviota, nos introducimos nuevamente en la obra de Sándor Márai, con la que tanto hemos disfrutado. Publicada por primera vez en 1943, período de la segunda guerra mundial de gran tensión e incertidumbre en Hungría, cuyo régimen se había alineado con la Alemania nazi.
Espero que su lectura nos permita debatir, compartir, discutir y, en definitiva, pasar una buen rato en torno a Márai, ese autor que tanto nos entusiasma.
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